¡Cálido
y mío...!!
El
eco de un roce
que
aguarda bendito
que
llegue tu noche.
A
pesar de encontrarte
te
busqué más allá,
donde
el mundo rehace
su
forma de amar.
Y
abracé ese ego
que
aprendió a caminar
y
en mi mano es más tierno
que
la flor de un rosal.
y
aún derrocha dulzura
ese
guiño de niño
que
vale fortunas
y
me tiene en vilo.