Helados de río
servidos al monte,
devoran perdidos
caudales y flores.
Y espesan caminos
con mantos de niebla
que esconden impíos
las rutas desiertas...
Vida desnuda
de lodo y escarcha,
abriga tu nuca
que sopla de espaldas.
Y en mi boca...
bombones de hielo
acarician el alma.
M.G.
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