miércoles, 28 de octubre de 2015

No hay descenso

No hay descenso
en tu párpado al cerrar
la puerta
y comerse la luz.
En el descanso...
del sueño
que rebota en tu cama
para nacer
y plantarse
y multiplicarse entre dos.
No hay pecado
en el mar de tu boca
cuando me presta su sal
y derrama sus olas
pidiéndome más.
No hay pozo sin fondo
en el albor de tus ojos
que pintan mi vida
mirando una flor.
No hay miedo,
ni sogas malditas
que apresen las horas
en un viejo reloj.

 No hay...
M.G.