viernes, 9 de enero de 2015

Abuela

 
          Con tus manos suaves
          salpicadas de vivencias.
    Con años de arrugas
    y analfabetas huellas...

    Servias la mejor tajada
    y para ti la paciencia.

    Con el luto incrustado
    y en el bolsillo una pena.

    Medias remendadas,
    chaquetilla de vieja.

    Rancios los armarios
    y naftalina en las venas.

    Reías como niña
    rodeada de nietas...

    Y catabas el puchero
    con un dedo en la cazuela...
    M.G.

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